A una semana de la elección, el intendente de Tigre obtiene 33,8% de intención de voto en la Provincia, contra 28,3% del candidato de Cristina. La misma encuestadora, igual cantidad de encuestados, un mes después. Sergio Massa ya no gana con la comodidad que exhibía cuando comenzó a transitar el conurbano con el traje de candidato. En este tiempo, Martín Insaurralde se convirtió en una sombra de Cristina Kirchner que la acompaña día y noche y le sirvió para descontar puntos. Otra lectura es que cambió la composición del voto. El intendente de Tigre perdió sufragios a manos del delfín de la Casa Rosada pero le quitó una porción al resto de los rivales porque subió el perfil opositor. Llevaba 10 puntos cuatro semanas atrás. Hoy la distancia es de 5,5%.
Los encuestadores creen que es una tendencia difícil de revertir porque quedan pocos días de campaña –el viernes a las 8 de la mañana comienza la veda electoral– pero no imposible. La definición, el próximo domingo.
El candidato del Frente Renovador acumula una intención de voto de casi el 34 por ciento contra algo más del 28 del intendente de Lomas de Zamora. Muy relegados, peleando voto a voto por el tercer lugar quedan el peronista disidente Francisco de Narváez y la radical Margarita Stolbizer, socia de Hermes Binner.
Mucho más abajo, pero con aspiraciones de llegar al piso que exigen la ley para participar de la contienda general del 27 de octubre, aparece Néstor Pitrola, del Frente de Izquierda, con el 1,3%. Todavía hay un 10 por ciento del electorado que no sabe a quién va a votar.
El trabajo lo realizó Management & Fit en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires con más de 50 mil habitantes.
Los encuestadores entrevistaron a 1620 personas, en forma telefónica en los sectores socio-económicos medios y altos y personalmente en los sectores sociales más postergados.
Un mes atrás, M&F le otorgaba 35,1% a Massa y 25,2% a Insaurralde. “Cuando nos lanzamos había mucha espuma. Es como la cerveza, cuando baja ves qué queda, pero no perdimos votos”, decía Massa esta semana cuando le advertían sobre los sondeos. La explicación massista, que también comparten algunos encuestadores, es que Insaurralde comienza a apoderarse del voto duro del kirchnerissmo en la provincia más poblada del país.
Hasta hace muy poco, mucha gente entendía que el intendente de Tigre era una opción oficialista pero tanto la Presidenta como Daniel Scioli hicieron su aporte para instalar que el único que defiende sus porotos es el hombres de Lomas.
Sin embargo, aunque se acortó la distancia, Massa sólo cayó 1,3% con relación a la última encuesta.
Esto explica la pérdida de votos de De Narváez: un sector de sus votantes parecería cambiar su voto para privilegiar un eventual triunfo del Frente Renovador. Massa también metió un cambio en la estrategia: abandonó el tono conciliador que expresó en las primaras semanas de campaña y se paró como opositor.
Además, de montarse sobre la no re reelección presidencial –su caballito de batalla inicial– pasó a cuestionar muy duramente el crecimiento de la inflación y de la inseguridad y presentó un proyecto para subir el mínimo no imponible.
La pulseada entre Massa e Insaurralde está muy pareja en el Gran Buenos Aires. Un empate virtual: el tigrense suma 33,2% y el dirigente del Frente para la Victoria 32,1%.
El despegue del Frente Renovador se da en el interior: Massa supera el 34% e Insaurralde cae a poco más del 21%. En la última semana se espera que Massa haga un llamado al “voto útil”, e s decir a los que buscan una opción clara que pueda contradecir los deseos de la Casa Rosada. Insaurralde hará todo lo contrario: dirá que para acompañar el proyecto de Cristina no hay otra opción que la del FpV. De Narváez y Stolbizer apuntarán a penetrar con un mensaje que relacione a ambos con “el mismo” proyecto político.
En el trabajo de Management & Fit hubo un ítem en el que los consultados sólo podían elegir entre Massa e Insaurralde. Las respuestas favorecieron al ex jefe de Gabinete con el 46,7% contra el 30,2% de Insaurralde. Cerca de un 10 por ciento contestó que no elegiría a ninguno y casi el 14 por ciento se mostró indeciso.
Por Santiago Fioriti. Publicado en Clarín, 4/8/13 (ver original)
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